Episodio 018 Emprendimiento & Éxito. El podcast para emprendedores digitales
Dicen que la práctica hace al maestro.
Y en cierto modo es verdad. Pero… ¿y si no es así exactamente?
Está claro que cuanto más practicas cualquier disciplina más habilidoso te vuelves en ella y hoy quiero hablarte de todo esto, pues es de gran importancia para llegar a ser un experto.
Eso sí, nadie se ha convertido en un verdadero experto practicando mal y por ello también es un aspecto de vital importancia que hay que tener en cuenta.
Si quieres tener éxito en la vida, hay que pagar el precio de dicho éxito y entre muchos de los factores que hacen que alguien se convierta en un referente está el de la práctica.
¿Preparado? ¡Dale al play!
Notas del episodio
Episodio 16. Excusas
Transcripción del episodio
Hace tiempo, mi hermana nos envió a la familia una imagen por WhatsApp de unas figuras que había hecho mi sobrino cuando tenía poco más de dos años y medio con plastilina. Bueno, ¡y con la ayuda de ella, claro!
No han utilizado en muchas ocasiones la plastilina, así que no era una obra de Lladró exactamente, pero viniendo de tu sobrino… Todo es bonito, ¿verdad?
Unos días más tarde nos envió otra imagen, esta vez de un belén hecho también en plastilina que habían estado visitando.
Evidentemente, la diferencia respecto a las figuras que ella y mi sobrino realizaron era abismal. ¡Normal! ¡Un genio no nace, se hace!
A parte de por orgullo de tío, evidentemente te cuento esto por algo más.
Junto a la última, mi hermana escribía: “Creo que vamos a tener que practicar más con la plastilina para llegar a esto”
Práctica, práctica y práctica
¡Efectivamente!
No porque sea mi hermana, pero ahí está la clave.
El problema es que a menudo se nos olvida.
Durante años, cuando era pequeño, he escuchado a mi madre decirme eso de “nadie nace aprendido”. ¡Y cuánta razón tenía!
La genialidad se consigue con la práctica. ¡Quizá por eso yo todavía no soy ningún genio! Jajaja.
Te cuento esta pequeña historia que quizá conozcas del libro “29 historias disparatadas”:
La escritora frustrada que fue campeona de afilar lápices
“Una mujer decidió un día que lo que más deseaba era convertirse en escritora. Salió temprano de su casa y compró 5000 lápices y un brillante sacapuntas. Al volver a casa, lo primero que dejó claro a su familia fue que, desde ese instante, deberían hablar susurrando y andar de puntillas por la casa para no molestar a la reciente escritora.
Esa misma tarde se sentó en su escritorio, cogió uno de los 5000 lápices que había comprado y lo afiló esmeradamente con su nuevo sacapuntas. Posteriormente se dispuso a escribir su libro.
El problema es que pasaron las horas sin salir una sola palabra, así que, mientras esperaba la inspiración, afiló con dedicación muchos otros lápices con el sacapuntas. Al final del día no había redactado una sola palabra.
Todas las mañanas afilaba sus lápices y se preparaba para cumplir su sueño de escribir un libro.
Un día se dio cuenta de que jamás lograría empezar el libro y terminó de afilar con deleite y perfección el resto de los lápices que le quedaban con el radiante sacapuntas.
Y así, sin quererlo, se convirtió en la campeona del mundo afilando lápices.”
El problema es que es muy fácil verlo desde fuera o en un hecho sin mayor importancia, pero cuando lo aterrizamos en nosotros… ¡parece que ya no es así!
Llevémoslo a nosotros mismos.
¿Qué te está impidiendo convertirte en un genio?
¿Qué es lo que querrías conseguir que no estés consiguiendo?
¿Cuántas horas le dedicas al día a ello?
¿Cuál consideras que es el impedimento para hacer lo que te gustaría hacer?
Por muchos es conocido aquello que decía Paco de Lucía de que “cualquiera puede convertirse en el mejor guitarrista del mundo si está dispuesto a practicar 14 horas al día todos los días de la vida”.
Es obvio, todo es cuestión de práctica.
De “alcanzallaves” a mecánico de primera
Puedo ponerte docenas de ejemplos. Muchos conocemos a personas que han llegado a ser auténticos expertos, genios… mediante práctica.
Independientemente que fuese un guitarrista como Paco de Lucía, que te mencionaba antes, un deportista como Rafael Nadal o un inversor como Warren Buffett.
Todos ellos han llegado a ser expertos (entre otras cosas) gracias a la práctica.
Por ejemplo, Warrent Buffett lleva desde los 17 años haciendo inversiones y actualmente tiene 87.
Todos sabemos que la práctica hace al maestro, y tú no eres menos. Antes de maestro se ha sido aprendiz.
De hecho, antes en muchas de las distintas profesiones era así, empezabas de aprendiz y llegabas a ser especialista de primera.
Pero puesto que a todos muchas veces eso nos suena a imposible y nos parece que es gente especial, hoy voy a ponerte otro ejemplo cercano. Mi padre.
Hace un par de años que se ha jubilado. Hasta entonces unos 45 años cotizados (que a fin de cuentas son los que acaban “contando”) y otros tantos que no. Antes las cosas eran diferentes.
Incluso tanto, que cuentan que según dejabas un trabajo tenías otro esperándote. Historias para no dormir. Jaja.
El caso es que cuando era todavía un chaval empezó de “alcanzallaves” en un taller mecánico y desde entonces no dejó nunca la mecánica.
Es mi padre y, aun así, reconozco que puede que no me fie de comer un cocido que él haga o no me atreva a dejarle un fin de semana a solas con mi ordenador (por el bien de mis archivos. Jaja) pero en lo que es mecánica… Preferiría que con los ojos cerrados me cambiase los frenos a que lo hiciese nadie.
El grado de especialidad, que a base de práctica alcanzó, fue tal que con escuchar pasar un coche, cuando estábamos en el campo un domingo cualquiera, sabía qué le fallaba.
¿Don? ¿Talento natural? ¿Primera naturaleza? Sinceramente, ¡no! Práctica, práctica y práctica.
Mi padre no nació sabiendo de mecánica de coches. En el año 50 tampoco es que hubiese uno en cada garaje ni existiese ningún plan pive del gobierno.
Comenzó con algo y a base de práctica y más práctica y más práctica y más… se convirtió en un experto.
Talento tienes. No es discutible
Lo más normal es que digas:
“Es que yo no sé…”
“A mí no me sucede eso…”
“Yo no sirvo para…”
“Es que yo no soy bueno para…”
¡Excusas! Lo siento, no es más que eso. Las dudas, el miedo, la pereza… nos hace echarnos para atrás. Es normal, pero no por ello es cierto.
Todos tenemos capacidad de aprender. Y ese es nuestro mayor activo en la vida.
Como ya te he dicho, nadie nace aprendido. Así que nuestra gran suerte es que puesto que tenemos esa capacidad para aprender, tan solo es cuestión de saber qué es lo que quieres y… ¡a por ello!
¡Simplificado, por supuesto! A la hora de la verdad es un poco más complejo, pero a grandes rasgos… ¡es así!
Espera un momento
Si has leído el título de este episodio puede que estés pensando que o bien me he equivocado o no tiene sentido todo lo que estoy diciendo, ¿no?
El título decía algo así como “La práctica no hace al maestro” y sin embargo estoy todo el rato abogando por lo contrario.
Estás en lo cierto. Hay algo más que no te estaba diciendo.
No me he equivocado. He puesto adrede que la práctica no hace al maestro. Y es que creo que la práctica por si misma no te lleva a ser un genio.
Solo la práctica bien encaminada.
Volvamos a aprovecharnos de lo que decía Paco de Lucía Lucía de que “cualquiera puede convertirse en el mejor guitarrista del mundo si está dispuesto a practicar 14 horas al día todos los días de la vida”. ¿Estás de acuerdo?
Por lo general diríamos que sí, más de medio día entero todos y cada uno de los días practicando… Así se tiene que llegar a ser el mejor sin duda. ¡Pues no!
¿De qué te sirve coger una guitarra todos los días y dedicarte 14 horas a aporrearla? ¿Por qué vas a convertirte en genio o llegar a conseguir tocar la guitarra fantásticamente? Necesitas practicar en la dirección adecuada.
No por mucho practicar mal llegarás a conseguir tu objetivo. Por eso considero que simplemente la frase de que “la practica hace al maestro” le falta ese pero.
Por mucho que yo me tire a una piscina y me ponga a nadar todos los días 10 horas seguidas no voy a conseguir ganar una medalla olímpica porque si solo me baso en eso estaré perdiendo el tiempo.
No sé nadar correctamente y estaré practicando inútilmente horas y horas, días y días, meses y meses y cuando acabe desesperado pensaré que todo es un engaño, que es imposible, que el mundo está en contra mío…
Escoge la disciplina que quieras, lo que sea a lo que quieres dedicarte y practica por supuesto. Sea dar conferencias, fotografiar, nadar o hacer inversiones. Da igual.
Y ahora practica y practica y practica, pero eso sí, teniendo en cuenta esto último, porque de lo contrario… ¡jamás lo conseguirás!
¿Y qué puedes hacer para que la práctica si sea efectiva? Pues rodearte de los mejores en ello y aprender. Vuelvo a decirte que es nuestro mayor activo en la vida y tu capacidad de aprendizaje no tiene límite.
¿Estás dispuesto al coste de la práctica?
Ya ha quedado más que claro que puedes aprender lo que te propongas y que es cuestión de práctica y práctica y práctica y…
Entonces, ¿por qué hay tan poco genio, experto…?
Necesitas deseo, compromiso y constancia. Vamos, ¡casi nada!
Deseo: tienes que tener perfectamente claro lo que quieres. Pero no solo tienes que tenerlo claro, sino que tienes que desearlo ardientemente.
Constancia: lo difícil de la práctica es que no es cuestión de horas, ni de días o de meses. Es laaaaargo y eso hace complicado que sea un hábito, algo que realizas día sí y día también.
Compromiso: vuelvo a repetirte lo que tantas veces ya habrás escuchado. “Hacer lo que haga falta, el tiempo que haga falta” como diría Francisco Alcaide.
Es probable, bueno, seguro, que llegue un momento en que puedas pensar en desistir. Todos nos cansamos, nos encontramos dificultades en la vida… y tu compromiso será lo único que haga que tu práctica continúe en el tiempo y no abandones.
Sin esos tres aspectos es imposible alcanzar éxito.
¿Qué es lo que quieres? Como puedes ver es posible.
Eso sí, nada bueno que puedas querer se puede conseguir de la noche a la mañana, pero con práctica todo es posible.
Por supuesto, tienes que estar dispuesto a hacer lo que haya que hacer y para ello ya sabes que el deseo, el compromiso y la constancia son cruciales.
4 comentarios en «La práctica no hace al maestro»
Gracias por el artículo. Totalmente de acuerdo.
¡Hola Yolanda!
Gracias por tu comentario. Me alegro de que estés de acuerdo con lo que comento en el artículo.
Un saludo
Hola Fernando. Para mi hoy has dado en el clavo, todos nacemos con talento y habilidades pero tenemos que desarrollarlas y por eso digo que has dado en el clavo, como bien dices se necesita DESEO, COMPROMISO y CONSTANCIA, bueno a no ser que tengas un golpe de suerte y subas derecho a la fama, claro que luego también necesitaras deseo, compromiso y constancia.
Solo una corrección: tu padre trabajo cincuenta y cinco años de mecánico.
¡Hola Mercedes!
¡Muchas gracias por tu comentario! Me alegra que estés de acuerdo. Un golpe de suerte no es éxito, sino algo puntual y por ello yo también opino que necesitarás deseo, compromiso y constancia.
Sí, sé que fueron muchos más años de mecánico. Por eso comentaba lo de “cotizados”. Gracias por la puntualización, mamá 😉